Fernando Aguado nos presentó un magno cartel para las Glorias 2010 con Madre de Dios del Rosario como protagonista

Era de esperar para los que conocemos el trabajo de Fernando Aguado y, por supuesto, superó las expectativas con creces.
Había que hacer un cartel de glorias que no cayera en el tópico de la estampita, que no pareciera un separador de hojas para un libro y que, además, mostrara el pasado y el presente de las Glorias. Y se consumó.
Fernando Aguado ha plasmado a Madre de Dios del Rosario tal y como es, pero a su vez diferente a las imágenes a las que estamos acostumbrados. Por un lado la Virgen con el Niño, la de siempre, la que nos invita a orar ante ella, por otro los cuadros que diferencian partes de la Imagen Divina con doble intención: interpretar lo que siempre ha sido igual y rememorar el pasado.
La Virgen se nos muestra enmarcada, al igual que el Niño, dándonos a entender la parte que siempre ha estado ahí con el paso del tiempo: los Titulares. Por otro lado, otros recuadros nos muestran detalles del pasado en cuanto a color y formas de vestir, haciendo en su conjunto una obra pictórica diferente, actual y a la vez intemporal.
El acto comenzó con la invitación del Consejero Miguel Martínez para que las Glorias sean lo que siempre han sido y que mantengan ese carácter jovial que las hace únicas y diferentes a las de penitencia.
Tras su descripción de la vida y obra del autor, se procedió a mostrar el cartel y creo, honestamente, que nadie se debió sentir indiferente ante él, porque es lo que es y a su vez es el CARTEL, en mayúsculas.
El multitudinario (por fin) acto lo cerró el presidente Adolfo Arenas, que hizo toda una alabanza de la histórica concepción de las Glorias, sin las cuales hoy muchas otras hermandades no tendrían razón de existir.
Una convivencia en los salones del Consejo, con un más que magnífico servicio de catering (del cual ya se ha tomado nota para el Ayuntamiento) puso fin a otra jornada más preludio del mes de mayo, el mes de las Glorias.